El consumo de alcohol en la adolescencia ha disminuido en las últimas décadas, pero sigue siendo común. El 74% de los adolescentes de 14 a 18 años ha probado el alcohol, y más de la mitad lo ha hecho en el último mes.

Algunas investigaciones presentadas en el Congreso de la Sociedad Española de Epidemiología han arrojado resultados sorprendentes. Se ha observado una correlación entre el mayor nivel de estudios o el estatus socioeconómico de las familias y un mayor consumo de alcohol desde una edad temprana.

Los peligros del alcohol en la adolescencia

El consumo precoz de alcohol puede tener graves consecuencias para la salud de los adolescentes, ya que sus cerebros son especialmente vulnerables a sus efectos. Además, aquellos que comienzan a beber a una edad temprana tienden a consumir otras drogas.

Los datos también muestran que el consumo de alcohol aumenta entre los universitarios, en comparación con aquellos que no acceden a estudios superiores. Los patrones de consumo intensivo, como los atracones de bebida, también son más comunes en estudiantes universitarios.

Un estudio sobre la disponibilidad de alcohol en los alrededores de las escuelas indica que los adolescentes de barrios con un nivel socioeconómico más alto tienden a beber más, a pesar de una mayor exposición al alcohol en barrios de nivel socioeconómico más bajo.

Los jóvenes españoles beben menos, pero no son todas buenas noticias

¿Por qué los jóvenes beben alcohol?

Las principales razones para el consumo de alcohol entre los adolescentes incluyen la diversión, la búsqueda de popularidad y la sensación de desinhibición. El alcohol también se asocia con la sensación de «hacerse mayor».

A pesar de que las chicas muestran una mayor vulnerabilidad fisiológica al alcohol, también están aumentando su consumo, lo que está reduciendo la brecha de género en el consumo de alcohol en la adolescencia.

Algunas chicas beben más para complacer a los chicos o para romper estereotipos de género.

La paradoja de los abstemios

¿Y los que no beben nada? Aunque siguen siendo una minoría, los abstemios no son siempre los más saludables, debido a un fenómeno estadístico denominado la «paradoja de los abstemios».

Esto se refiere al hecho de que las personas que nunca consumen alcohol tienen tasas de mortalidad más altas que aquellas que lo hacen de manera ocasional o en cantidades moderadas.

Esta paradoja se explica por el hecho de que muchas personas que nunca beben alcohol tienen otros problemas de salud subyacentes, como enfermedades crónicas, sedentarismo y ser no fumadores.

Algunas de estas personas en realidad eran alcohólicas en el pasado o tienen problemas de salud que les impiden beber.

Se requiere más información

En España no existen estudios que comparen su salud o mortalidad con personas que beben. Pero los especialistas concluyen que el consumo de grandes cantidades de alcohol se asocia con un mayor riesgo de mortalidad, aunque en cantidades pequeñas, el aumento en la mortalidad sea insignificante.

A pesar de la paradoja, el consumo diario de alcohol, incluso en pequeñas cantidades, puede tener efectos perjudiciales para la salud, como enfermedades hepáticas y riesgo de cáncer. Además, existe un riesgo potencial de adicción al alcohol.

Los efectos a largo plazo del consumo de alcohol aún no están completamente cuantificados, pero dejar de beber puede reducir el riesgo de ciertos problemas de salud.

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